jueves, 26 de mayo de 2016

- LA IZQUIERDA EN AMÉRICA LATINA.



* REIVINDICACIÓN DE UNA LUCHA

“El mal momento de la izquierda”, así pero con manifiesta maledicencia, presentaba el diario “El Tiempo” su apreciación de los gobiernos de Venezuela, Brasil, Bolivia y Ecuador, ligando sus presidentes a matices izquierdistas atribuyéndole a dicha connotación la causa de sus crisis, avizorando de paso el regreso del péndulo por los hechos de carecía y corrupción que indudablemente darán al traste con la permanencia de sus gobiernos en el poder..

Pobre aporte del columnista a la verdad, parece tener propósitos deliberadamente descalificadores de lo que es la izquierda como tendencia política, históricamente identificada con la justicia social y que en el devenir de los tiempos inspiró la modernidad de los Estados desde la revolución francesa hasta las nuevas democracias que pusieron fin al absolutismo de las dictaduras militares.

Concebir izquierda exclusivamente con marxismo (aunque el marxismo siempre será izquierda), es miopía política discriminatoria, o por decirlo de otra manera, olvido de la historia del pensamiento político posterior al auge de los partidos comunistas cuando la izquierda se revaluó (revisionistas fueron llamados) y por eso el mundo occidental y América latina tiene los más variados matices de movimientos ligados a las luchas que reivindican los cambios sociales. Colombia llegará allá y construirá una izquierda capas de confrontar en su terreno a la conversión partidista de la guerrilla cuando se desmovilice, si queremos abordar los cambios que demandará la nueva sociedad y cuando los partidos tradicionales se encuentren en desventaja con su discurso alejado de las demandas sociales.

Izquierda es, todo lo contrario a “statu quo”, distinto a conservadurismo y a privilegios para unos pocos; no puede creer en estructuras autocráticas del poder y en cambio lucha por la libre alternación política.

Desconocer una izquierda democrática inspirada en el pensamiento de Edwar Berstein; o un marxismo renovado por las posiciones de Gramsci, es imperdonable ante la historia.

Hoy la izquierda tiene militancia democrática; se despojó del dogma de la lucha de clases y del partido único y es propositiva en la construcción de la sociedad pluralista e incluyente pero deliberativa. De esta corriente son hombres como Lula da Silva (abstracción hecha de los hechos de presunta corrupción) que sacó a millones de brasileños de la pobreza; Ricardo Lagos en Chile país modelo en América latina, José Mújica modelo de gobernante revolucionario.

Chaves o Maduro no caben dentro de la concepción política de izquierda porque sus regímenes apuntan más hacia el totalitarismo populista; la guerrilla no es expresión revolucionaria de izquierda porque su lucha es anacrónica y obsoleta y hoy por hoy no es nada ideológicamente sino un simple sincretismo de derecha y de populismo estalinista. Hacen mal los que reducen la izquierda a esos regímenes

La izquierda que Colombia tendrá que construir la reivindicamos como protagonista de una nueva lucha social por los cambios, sin atavismos ni distorsiones, de estirpe liberal. No se puede reducir a comparaciones que no son. El llamado “castrochavismo” está más cerca del fascismo que de las libertades. La corrupción es contagio de las democracias precarias, no es un principio. 



HUGO VELÁZQUEZ JARAMILLO
Abogado Externado de Colombia
Docente ESAP








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